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Spotify dona $150.000 para la ceremonia de inauguración de Donald Trump

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La donación de Spotify para la investidura de Trump desata una gran polémica ¿Deberían las tecnológicas apoyar actos políticos?

Spotify, la plataforma de streaming musical más popular del mundo, ha protagonizado un movimiento controvertido al donar 150.000 dólares para la ceremonia de investidura del presidente Donald Trump. Este gesto ha generado diversas reacciones tanto entre los usuarios de la plataforma como en la industria musical.

La donación fue reportada en un documento público del Comité Inaugural Presidencial, donde se reflejan los apoyos financieros de diversas empresas. Según Spotify, la contribución se realizó con la intención de “promover la unidad a través de la música en un evento de relevancia histórica”. A través de un portavoz de la compañía aseguran que “Spotify lleva mucho tiempo organizando eventos reuniendo a líderes políticos, figuras de los medios y colegas de la industria de todo el espectro político»

Sin embargo, voces críticas han cuestionado si este movimiento podría empañar la imagen de la plataforma. Una imagen que, por otro lado, no es tan buena en muchos sectores.

Trump cuenta con el respaldo de la industria tecnológica

Spotify no ha sido la única compañía tecnológica en mostrar su apoyo a la nueva administración liderada por Donald Trump. Empresas como Google y Microsoft han contribuido con un millón de dólares cada una, destacándose entre las mayores donaciones del evento. Google, además, facilitó la transmisión en vivo de la ceremonia a través de YouTube y promocionó el evento desde su página principal.

Corporaciones como Meta, Amazon, Apple o OpenAI también se sumaron al respaldo económico, ayudando a recaudar más de 170 millones de dólares en total.

Este masivo apoyo financiero, según analistas, refleja un esfuerzo por parte del sector tecnológico para fortalecer su relación con la administración Trump en un momento clave para la regulación de áreas como la inteligencia artificial, la ciberseguridad y la privacidad de los datos.

Líderes tecnológicos como Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Elon Musk y Tim Cook asistieron personalmente al evento, destacando la alineación estratégica entre los gigantes de Silicon Valley y la administración republicana. Este acercamiento, aunque pragmático, no ha estado exento de críticas, especialmente en una época donde la polarización política en Estados Unidos es más evidente que nunca.

Hay que decir, que esto pasa habitualmente en Estados Unidos, el país del dinero. Donde una campaña política cuesta tanto que, cuanto un candidato llega a las elecciones tiene más sponsors que un piloto de F1. De hecho, sería buena idea que, al igual que estos, los políticos estadounidenses llevasen las marcas en la solapa de la chaqueta.

¿Un movimiento estratégico o un riesgo para la imagen?

Las grandes empresas tecnológicas, con su inmenso poder económico, han comenzado a jugar un papel cada vez más activo en la política. Donaciones millonarias a campañas electorales, como las realizadas por Spotify a la investidura de Trump, han generado un intenso debate sobre la influencia que estas corporaciones ejercen sobre las decisiones gubernamentales. ¿Es esta una nueva forma de filantropía o una estrategia para asegurar sus intereses?

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X (antes Twitter), Facebook e Instagram han echado fuego estos días con usuarios expresando su descontento y preocupación por lo que perciben como una alineación del mal.

En X, el hashtag #BigTechSupportsTrump (que casualmente ha desaparecido ya) se ha vuelto tendencia, con miles de usuarios criticando a empresas como Amazon, Meta y OpenAI por sus contribuciones desorbitadas al fondo inaugural. Muchos argumentan que estas acciones contradicen los valores de diversidad e inclusión que estas compañías promueven públicamente. En Facebook, diversos grupos y páginas han surgido para boicotear a estas empresas. Instando a los usuarios a cancelar sus suscripciones y dejar de utilizar sus servicios.

¿Deberían Spotify y las Big Tech apoyar estos actos?

Spotify y CIA argumentan que sus donaciones son una forma de apoyar causas justas. Muchos analistas sostienen que detrás de estas acciones se esconden intereses más pragmáticos. Al financiar campañas políticas, las Big Tech buscan influir en la elaboración de leyes y regulaciones que favorezcan sus negocios.

En 2016 Cambridge Analytica utilizó los datos privados de 87 millones de usuarios en Facebook para favorecer la primera campaña presidencial de Donald Trump. La era Trump puso de moda las fake new y los discursos de odio. Las redes han estado en el punto de mira, cuestionadas por su utilización del poder y su influencia política. Que se lo pregunten al bueno de Zuckerberg. Las grandes empresas dueñas de redes sociales, como el propio presidente electo de Estados Unidos parecen sacar mucho jugo del odio y la polarización presente en internet. Alineándose con Trump, las grandes tecnológicas nos obligan a preguntarnos ¿Que intereses tendrán en el nuevo gobierno de Estados Unidos? ¿Es bueno que tan pocas personas tengan tanto poder?

Como sabemos, en Estados Unidos, los presidentes deben muchos favores cuando llegan al poder. Algo que da bastante miedo, conociendo las intenciones y los intereses que tienen, en muchos casos, estas tecnológicas y su poco o escaso sentido de la ética.

Shey Alonso
Programadora. Técnico en producción y sonido para audiovisuales y espectáculos. Le encantan las manualidades y es una amante incondicional de los spaghetti carbonara.

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