Galerias

7 cosas que hacíamos de pequeños y ya no se hacen

La vida da muchas vueltas y está en constante cambio. Te contamos 7 cosas que hacíamos de pequeños y los niños de ahora ya no hacen.

En los 90 la gente se divertía de una forma muy diferente. Cuando nosotros eramos pequeños no existía Internet, ni los smartphones si casi los teléfonos móviles de tamaño normal. La televisión de pago no era algo que tuviera todo el mundo y nos pasábamos la tarde entre tierra, piedras y a veces barro. Casi nunca estábamos en casa y no parábamos quietos ni un segundo! Te contamos 7 cosas y alguna más que los niños de antes hacían y los de ahora no:

Gastar la paga en chuches, cantimploras, peta zeta

Los kioscos siempre ha existido, gracias a Dios! Pero antes existía algo que se llamaba “la paga” que ahora escasea. Si, puede que exista la paga, pero no es como antes. Antes tus padres no te compraban todo lo que querías, solo te daban una cantidad de dinero a la semana o al mes. Ese dinero se llamaba “la paga” y tu debías de administrarlo para que pudieras comprar lo que quisieras. En nuestra niñez la que más dinero solía soltar siempre era la abuela o el abuelo a veces (creo que eso puede que no haya cambiado).

La paga era lo que hacía que pudiéramos ir a la tienda del barrio o del pueblo y comprar un montón de gominolas a lo Pipi Calzaslargas. Después entre nosotros intercambiábamos las chuches y pasábamos la tarde.

Algo tan sencillo como escribir

Cuando eramos pequeños hacíamos cantidad de trabajos manuales. Hacíamos trabajos para la escuela, cartas a mamá y a papá, escribíamos un diario… También nos escribíamos cartas con amigos. Era algo habitual, hasta incluso si te veías de continuo. Era un detalle muy bonito. Nos escribíamos post-its y también nos poníamos dedicatorias en las agendas. Eso era muy “cool” hacerlo y siempre querías tener la firma de todos los de la clase (al menos de los que te caían bien). Era como una señal de aprobación.

Ahora ya casi no escribimos en papel. Como para escribirnos cartas! Si mandamos audios porque nos da hasta pereza pulsar las teclas del móvil… Creo que este pequeño gesto si no se ha perdido,poco queda de él. Lo digital ha llevado a los escritos a quedar en muy muy segundo plano y solo quedamos algunos nostálgicos a los que nos parece bonito escribir una carta antes que un email.

Los niños ya nacen con un teléfono en la mano por lo que es más probable que te dediquen un Tik Tok a que te escriban una carta a la antigua usanza. La única carta que aún se sigue conservando es la de los Reyes Magos y esperad unos años.

Hemos perdido nuestro lado más salvaje

Eramos mucho más duros y más asalvajados. Nos subíamos a árboles por diversión. Y con un simple palo y una cuerda nos creábamos una caña de pescar. Se daba más libertad a que a creatividad surgiera de nuestras cabecitas.

De pequeños también hacíamos llamadas de broma en las cabinas. Puede que suene a trastada, pero no lo hacíamos con maldad. Esto se ha perdido básicamente porque las cabinas de teléfono ya casi ni existen y si siguen en pie no funcionan. Era un pasatiempo muy común, casi tanto como el de llamar a timbres y correr.

La música a la carta no existía

Hace no mucho no existía internet. No existía Spotify, ni Deezer, ni Apple Music ni nada por el estilo. Tu no decidías poner “Barbie Girl” de Aqua en bucle. Te dejabas sorprender por la gente de la radio. Los locutores eran como un amigo más que te sorprendía con nuevas canciones. Escuchabas la radio siempre, esperando que te pusieran tu canción favorita. Sobre todo en el coche y algunas veces te la ponías en casa mientras hacías los deberes o cuando limpiabas la habitación.

El gusto por la música era algo más aferrimo y la música se valoraba de una forma muy diferente. Si un tema te gustaba mucho tenías que comprarte un disco o una cinta físicos. No había descargas por 1€ y aunque se vendían singles, era algo difícil de encontrar por lo que casi todo el mundo se compraba álbumes completos. Algo que no siempre salía bien. A veces escuchabas un single en la radio que era la leche y cuando te comprabas el disco dejaba mucho que desear.

Lo bueno es que a partir de 1980 ya podías moverte por la calle con tu música gracias a un pedazo de tocho aparatoso que era el walkman. También existía el discman pero personalmente use más el walkman.

Haciamos manualidades

El confeti si es casero, mejor. Si eres un nativo digital puede que ni siquiera hayas visto en tu vida un taladro de papel. Es un objeto que sirve para hacer agujeros en las hojas. Al hacer el agujerito para la anilla, el taladro se queda con los restos de papel guardados en un compartimento. Esos restos en forma de circulo son los que hacíamos adrede solo por diversión. Podíamos agujerear papeles y papeles de diferentes colores solo para crear confeti. Era algo hasta casi relajante!

Un confeti que por supuesto no podías tirar por casa si no querías llevarte un regalo de tu madre. Pero nos hacía mucha ilusión perder el tiempo en ese tipo de cosas.

También hacíamos pequeños detalles caseros muy buenos como dibujos a todo color o figuras de plastilina. El papel de cocina y la cola eran grandes aliados cuando querías copiar a Jordi Cruz en Art Attack aunque no siempre salía bien la jugada.

Pasábamos mucho más tiempo en familia

Antes pasar tiempo en familia viendo una película o dando un paseo era el super plan del fin de semana. Ir al videoclub era algo que esperábamos con ansias y sobre todo si esa semana nos tocara a nosotros elegir la película que íbamos a ver.

De lunes a jueves pensabas que película te llamaba más la atención y también buscabas alternativas porque podía ser que la peli que tanto querías estuviera alquilada. En el videoclub también se podían alquilar videojuegos pero eso no era algo que se hiciera normalmente, solo a veces. De aquella casi ningún niño tenía consola y los juegos no se parecían en nada a los de ahora. Se promovía mucho más el cine familiar, los juegos de mesa y la diversión conjunta.

Amistades de barrio

En mi infancia los niños del parque se juntaban más. No importaba si tu tenías 12 años y otro tenía 6. Todos jugaban juntos y se respaldaban. Todos eráis un grupo de barrio que quedaban para jugar en el parque.

Nunca te aburrías, por supuesto! Siempre había actividades que hacer. Se cantaba, bailaba, se jugaba en los columpios, al escondite, al patito inglés, se contaban historias de miedo, echábamos una partida al 3 en ralla, bajábamos unas cartas o incluso hablábamos de nuestros problemas.

Además de aquella existían los tazos. Unos pequeños círculos de la Saga Pokemon en los que venían reflejados todos los Pokemon que existían. Eran coleccionables como los cromos pero también servían para jugar. Podías pasarte horas y horas jugando a eso.

De pequeños podíamos pasarnos todo el día con esa gente que quizá no tenía nada en común contigo pero eran personas con las que hacíamos migas y nos juntábamos sin ningún tipo de perjuicio.

Shey Alonso
Programadora. Técnico en producción y sonido para audiovisuales y espectáculos. Le encantan las manualidades y es una amante incondicional de los spaghetti carbonara.
0 %